(Imagen: En la red)
Por qué papá se convirtió en dependiente de una panadería
Mamá no fue al pueblo por cosas del trabajo. También dijo
que no quería que el abuelo le mirase el culo, aunque yo la estuve viendo y no
noté nada raro.
En la plaza había luces de colores y canciones marchosas. De
repente pararon los músicos y también los matasuegras. La gente todavía pedía
deseos cuando empezaron los cuartos. Yo aún me peleaba con la novena uva cuando
el reloj se atascó en la campanada número once. Le decían muchas cosas al
alcalde, pero no se arregló.
El mecánico tardaba. Yo estaba contento porque así tendría
más vacaciones. Jugaba todos los días en el descampado o junto al río. Una
tarde vi a papá dando besos a la señora del pan. Me dijo que éramos unos
machotes, que era un secreto, y me daba monedas. Después ya paseaban de la
mano.
Tres semanas después llegó un señor con sombrero y un
maletín: seguro que era el hombre del tiempo. Hizo sonar la última campanada y
en el ayuntamiento anunciaron muy serios el año nuevo. Ya tenía ganas de volver
a Madrid y ver la cabalgata. Los reyes me trajeron muchos regalos, pero se
llevaron a papá. No conté nada.
Hasta yo le he cogido cariño ;) Bicos.
ResponderEliminarSí, creo que este será de los que recuerde. Pobriño él.
ResponderEliminarBicos.