¿Fantasía?
—Que se arrime un poco más al borde de la cama.
—No sé si querrá, no le gusta lo más mínimo.
—Pues así no podré acercarme y habré venido para nada. ¿Esta
su padre en casa?
—Ha salido. Lo intentaré, aunque a veces no me hace caso.
—Venga, llámala y acabemos de una vez.
El oso de peluche armó su voz más dulce y se dirigió a la
chiquilla arrebujada en el centro de la cama.
—Andrea, despierta. Acércate a este lado, quiero contarte un
secreto.
—No —dijo ella desperezándose—.Ya sabes que me cogerá el
monstruo que se esconde debajo.
—No, cariño, no existe. Y estoy yo aquí para protegerte.
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