(Imagen: En la red.)
Cambios
Había decenas, cientos, miles de cáscaras vacías de vida. Solo unas pocas supervivientes continuaban latiendo. Pronto quedó solo una, ajena a su condición. Al fin también su cuerpo se quebró. La crisálida, ya inerte, no vio partir a la mariposa.
Había decenas, cientos, miles de cáscaras vacías de vida. Solo unas pocas supervivientes continuaban latiendo. Pronto quedó solo una, ajena a su condición. Al fin también su cuerpo se quebró. La crisálida, ya inerte, no vio partir a la mariposa.
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